Y este fue el primer poema que recité en publico así que supongo que también le tengo cariño, hace unos cuantos años también.
Descubrí, sin sorpresa,
que estaba nadando en un mar de flores muertas.
que estaba nadando en un mar de flores muertas.
Aquel
chapuzón resultaba utópico
El
tacto de las flores
[aunque muertas]
Me
excitaba.
Me sentía libre.
Decidí no volver a tierra.
Aquel
vestido blanco y la curiosidad
me
arrastraban hacia las profundidades.
Sabía
que no debía bajar.
Sabía
que me acostumbraría a no respirar.
A
flotar.
A
la paz.
Muchas
veces llovía en aquel mar
y
cuanto más llovía más ganas tenía de bajar
y
no subir jamás.
Casi siempre estaba nublado allá arriba.
El frío me helaba.
Mi sangre quemaba.
Belleza hipnótica,
de la que te mata,
de la que te gusta
y acabas amando de forma religiosa,
venenosa.